Cómo iluminar el dormitorio para disfrutarlo mucho más

Más allá de un espacio para dormir, la habitación es un lugar de mucha actividad. Descubre cómo iluminarlo con acierto.

1. ¿Cómo está iluminado el dormitorio ideal? 

• Luz general: de planta alargada, en el dormitorio de la imagen, hay focos de forma longitudinal a ambos lados de la cama, para no deslumbrar. 
• Luz puntual: vemos unas lámparas de brazo orientables, colocadas en la repisa que hace cabecero, ofrecen una práctica luz para leer. 
• Luz ambiental: unos leds en el interior de las hornacinas crean ambiente.

• Luz natural: los estores y las persianas de lamas son perfectos para adaptarse a los distintos momentos del día, ofreciendo la posibilidad de automatización. Si a ello le añadimos un temporizador o un sistema de control domótico, que los abra o cierra en función de la cantidad de luz que reciba o la hora, el confort es total. 
• Luz decorativa: la iluminación también puede usarse en el dormitorio para realzar determinados elementos, como un cuadro o una pequeña colección privada de objetos (en la imagen). La luz blanca, que ofrece una mejor reproducción de los colores, es la más indicada para este uso.

2. ¿Qué usos llevo a cabo en el dormitorio y cuál es la luz que más me conviene?

Para disfrutar en general del espacio: Las lámparas de techo no son las más aconsejables en el dormitorio como luz general –deslumbran–, pero puedes emplear, por ejemplo, modelos de suspensión a ambos lados de la cama, a una altura que sustituyan las clásicas lámparas de sobremesa de las mesitas de noche. El nivel de iluminación general recomendado para el dormitorio es de unos 250 luxes (lúmenes por metro cuadrado), que puede alcanzarse con bombillas de 20 W y con una temperatura de color cálida (3000 K).

En la imagen, vemos otro ejemplo de iluminación ideal, diferenciando diferentes usos. Los focos del techo se colocan para que garanticen una circulación segura, ofreciendo luz blanca y directa sobre la cabecera, en caso de querer leer en la cama. Los globos colgantes, sobre las mesitas, llevan pantallas semiopacas para filtrar la luz. Ojo a la butaca descalzadora: cuenta también con una luz puntual, que la enmarca y la hace más cómoda y funcional.

• Para vestirse: Instala una hilera de focos en el techo, frente al armario y orientados hacia su interior: encontrarás lo que necesites en cada momento, sin luces demasiado bruscas. Una alternativa práctica –y que no requiere ningún tipo de obra–, pasa por colocar leds en el interior de los módulos.

• Para leer y estudiar: Tanto si eres de los que gusta de leer en la cama, como si tienes un rincón reservado para ello, será necesario dotarlo de una adecuada luz puntual, que lo ilumine por completo y evite la fatiga visual. Elige apliques o lámparas orientables (de pie o sobremesa), preferiblemente con pantallas opacas o matizadas, y dótalas de luminarias que aporten unos 500 lux, los mismos que necesitarías para iluminar un escritorio en el dormitorio.

• Para arreglarse: Evitar molestas sombras y reflejos, colocando las luminarias sobre el espejo, de forma lineal, de manera que creen una cortina de luz entre la persona y el espejo, sin posibles obstáculos. Otra opción pasa por colocar apliques o focos orientables a ambos lados del espejo, que cumplan una función similar, creando un efecto tipo camerino.

• Para crear un ambiente íntimo: La iluminación indirecta es la más adecuada para esto. Además de los apliques que proyectan la luz rebotada contra el techo, coloca tiras led ocultas en las cornisas o molduras, rodapies o en el contorno de la cama. Hablamos de fuentes luminosas perfectas para aportar calidez… y guiarnos, cuando nos levantemos en mitad de la noche, sin tener que encender una luz más intensa.